Trilliza
Hay algo de esta zona. Hay algo que pasa aquí, que siempre regreso; aquí encuentro paz, encuentro inclusive amor. Este lugar es místico y puedo asegurar con mi vida, que aquí se esconde el secreto de la Pura Vida. Es el lugar más cultural, tradicional y puramente costarricense que tiene el país.
Es como si nos hubiéramos transportado a 1960 cuando a los extraños se les daba una casa; donde se tenía que transportar a caballo, donde el dinero no importaba y lo más importante era regalar. Generosidad y respeto ante todo es lo que aprendo de la comunidad.
Me conocen en la zona como el muchacho de las cataratas. ¡Ya todos tienen mi número de teléfono! Me invitan a bodas, cenas, almuerzos que trato de cubrir con mi equipo para regalar las fotos profesionales. Siempre que aviso que voy a venir me tratan como si fuera el presidente, y no sé como agradecer esto.
Un 90% del tiempo está nublado. Los volcanes se escuchan en el fondo y a través de la niebla densa se ve el cañón del río bruja ( asi le dicen) se esconde el lugar con la mayor concentración de cataratas en Costa Rica. Se esconden Las Trillizas
En esta expedición vinieron 3 generaciones de locales, una señora de 70 años que no hubo manera de hacer que no llegara a la catarata, una madre y su niño. Todos se ayudan, todos viven la pura vida.
La leyenda cuenta que un día una familia que iba buscando palimito gris en las montañas de la zona se encuentra con 3 acantilados que no los dejan salir de ahí. La Familia se queda atrapada, tratando de escapar de la montaña; uno de ellos se lastima la cabeza y queda inmbolizado, con una herida tan profunda que no paraba de sangrar. Fue la madre con sus tres hijas que tuvieron que sacar a su padre,marido de la montaña.
Pasando los tres acantilados se encuentran con esta catarata que casi en la totalidad del año esta seca. Llevan al herido para que se lave la cabeza y de pronto el agua de la catarata lo sana. Al parecer la catarata solo aparece cuando más la necesitan, aparece para ayudar al necesitado.
Los lugareños se aferran a esta leyenda como una filosofía de vida, donde al más necesitado se le dará la mano. Al que necesita ayuda se le entregará y al que ande buscando una catarata la encontrará. Se aferran de la pura vida porque la han vivido toda su vida, han aprendido a vivir con el volcán, con las cataratas, con el jaguar y con los extraños.
Caminando de regreso de la catarata siempre tenemos una conversación sobre el valor de vivir. Me gusta escucharlos porque todavía me queda mucho por aprender, una catarata es todo lo que ellos necesitan para ser felices, nada más. El hecho de que puedan experimentar una felicidad tan pura con tan poco me hace pensar en la Pura Vida y sus secretos.
Una pura vida que se esconde en los ojos de un niño.
Una pura vida que pertenece al niño que todos llevamos dentro,
Al niño que todavía soy.